domingo, 9 de noviembre de 2008

Un Balance Preliminar

BALANCE
Para la oposición política uruguaya, para los blancos y los colorados, todo está mal. Está mal todo lo que ha hecho el gobierno y también lo que vaya a hacer, desde ya, será definitivamente peor. Así es y no existe otra chance, hasta que por fin, la gente vote en octubre de 2009 y de esa decisión surja un nuevo gobierno nacional. La única solución posible es que este período de gobierno de izquierda termine y volvamos pronto a aquella normalidad histórica, a la decadencia cotidiana de aquel país que discurría en clave blanquicolorada.
Ésa ha sido la actitud y el temperamento opositor desde el inicio del gobierno, semana a semana, ante cada episodio, sin ahorrar ningún tipo de calificativos. Toda iniciativa o resultado de la gestión gubernamental, cualquiera fuere su contenido, ha sido y será presentado públicamente como pésimo, una mala noticia, otro retroceso, un nuevo y terrible golpe al destino nacional, que amerita el dramático llamado a los uruguayos para salvar a nuestro propio país, de la izquierda dañina y de su nefasta obra.
Desde el comienzo de nuestra gestión, la puesta en marcha de nuestro principal compromiso, el Plan de Atención a la Emergencia Social, fue recibido con artillería pesada. Un desastre, nos dijeron; es tirar la plata a la basura, asistencialismo irresponsable. El ingreso ciudadano instrumentado fue alegremente tildado de pérdida sin sentido, limosna de izquierda, festival clientelístico o, con mayor fineza: un premio para los atorrantes. Hoy, ya todos conocemos los resultados. El Plan de Emergencia ha sido beneficioso para el país y su implementación fue un éxito, a tal punto, que ha sido reconocido como un modelo a seguir por los propios organismos internacionales de crédito, siempre tan respetados por blancos y colorados.
Nuestras leyes y nuestra política en materia laboral fueron consideradas la expresión de nuestra fobia contra los empresarios, un atentado a la inversión que sólo causaría más desocupación, una demostración de falta de equilibrio de aquello que denominaron: el gobierno sindical. Sin embargo, nada de eso se verificó y la cantidad de personas empleadas en el país ha superado todos los récords históricos.
Con la aprobación del Sistema Nacional Integrado de Salud nos advirtieron que era una pésima solución, inaplicable, la bancarrota para el país, y por tanto, la propia horca de la izquierda en el gobierno. Nada dijeron, una vez puesto en marcha, acerca de la cobertura atencional que ha garantizado el nuevo sistema para los uruguayos y, en particular, lo que representa para los más de 400.000 niños que estaban fuera del sistema y que esta reforma ha logrado incluir.
Para los blancos y colorados, desde hace un año, el gran desastre para el Uruguay es la inflación. No importa que esté bajo control. Tampoco interesa que la desviación haya sido de sólo un par de puntos y que en 2007 no haya sido superior a un dígito. Nada. Alerta roja, drama nacional, se viene el sunami inflacionario. Pese a ello, la gente no les creyó y con ello se evitó más especulación y mayor inflación. Los uruguayos pudieron observar el compromiso del gobierno para contener la suba y lograr rebajas de precios,superando la instancia inédita de comenzar el período de gobierno con el barril de petróleo a U$S 40 y que en los tres primeros años ya se vaya a U$S 140.-, y simultáneamente los alimentos experimenten mundialmente una distorsión a la suba desconocida anteriormente. Y aun asi, el país no sufre las inflaciones de antes. Aquellas de 120 y 130 por ciento, durante el primer gobierno de Sanguinetti, o las marcas de entre 40 y 50% de gobiernos posteriores.
Y así podríamos seguir. Repitieron una y otra vez que, con la crisis financiera norteamericana y la locura del precio del petróleo, se terminaba el contexto internacional favorable y sonábamos. Se acababa el crecimiento, la reactivación. Lo decían casi como disfrutando la llegada de nuevas dificultades y de un escenario desfavorable a la economía uruguaya. Allí, supuestamente, quedaría al desnudo la incompetencia de nuestro gobierno.
Pero este año el Uruguay superará los 10.000 millones de dólares en exportaciones de bienes y servicios. Algo completamente inimaginable tres o cuatro años atrás. Nuestro país, el más pequeño de América Latina, se apresta a completar el cuarto año de crecimiento sostenido a un promedio de más del 7% anual. Es un récord para la historia del país, que nos ubica entre los tres países latinoamericanos de mejor desempeño económico.
El Frente Amplio gobierna un país que en tres años ha conseguido la mayor ocupación de toda su historia y el menor desempleo desde que este se comenzó a medir. Ha logrado disminuir sustancialmente el peso de su deuda pública,mientras la inversión, pública y privada, ha continuado en ascenso. Ha registrado una significativa disminución de la pobreza, reduciendo abruptamente la indigencia. Mientras han crecido con fuerza el salario real, las pasividades y fundamentalmente el nivel de ingresos promedio de los hogares uruguayos.
. Si además tenemos en cuenta que somos los primeros en distribuir un computador por cada niña o niño a nivel escolar,( y que, para nuestro mejor orgullo, esto es reconocido como ejemplo de avanzada en el mundo entero),no parece que las cosas estén por estallar aquí en el Uruguay. Muy por el contrario, existe la confianza en el país que durante décadas no tuvimos. Esa mirada dramática de la realidad nacional pertenece al pasado, porque la derecha es el pasado.
Estos cambios demoran .en trasmitir todos sus beneficios a sus destinatarios, en hacerse notorios, ya que el punto de partida fue demasiado bajo. Recordemos por un momento los montos de la mayoría de las jubilaciones, de nuestros sueldos antes de comenzar esta nueva etapa..
Y que si bien su volumen actual tampoco nos permite a muchos una vida como la que
merecemos por nuestra labor y por nuestros aportes, pongamos en la balanza si preferimos aquella perdida sin remedio de nuestra calidad de vida económica, o este permanente esfuerzo actual, que aun no colmó todas las expectativas, pero que es dinamico, y que está ofreciendo y entregando permanentemente la solucion posible hasta ese momento

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