BROVETTO:
Estamos aquí para decidir y proclamar mucho más que una fórmula para competir en las próximas elecciones nacionales, mucho más que para competir por unas cuantas bancas parlamentarias.Estamos aquí, nada más y nada menos que para completar la fórmula de la victoria, para proclamar al próximo presidente y vicepresidente de los uruguayos para el período 2010-2015.
MUJICA:
Nos juntamos aquí para cumplir al pie de la letra con la resolución del último congreso del Frente Amplio. Y esa resolución dice que son ustedes los que eligen al vice de la fórmula. Yo y Danilo podremos hacer todos los acuerdos que se nos antojen y fotografiarnos en los diarios, pero si ustedes no dicen que sí, vamos a tener que guardar las fotos que ya nos sacamos de recuerdo. Así es nuestra democracia frenteamplista: ustedes mandan y si a los dirigentes no nos gusta, a llorar al cuartito. Otros la tienen más fácil, cocinan la fórmula en secreto, y cuando las cámaras de televisión están prontas ¡zaas! el vice repentinamente acepta la oferta y todos se emocionan y lloran. Es la telepolítica. Nosotros somos anticuados: nos reunimos de a cientos, proponemos y votamos. Así que les voy a leer la moción de la mesa política: “ Se propone al compañero Danilo Astori como candidato del Frente Amplio a la Vicepresidencia de la República” Tiene la firma de todos los sectores políticos que integran la mesa y de los representantes de las bases. Me toca fundamentar esta propuesta y de verdad no se como hacerlo. Me viene a la cabeza aquella consigna de nuestra juventud: “Obreros y estudiantes unidos y adelante”. Algunos creyeron que eran palabras al viento. Le erraron, era una idea poderosa, la idea que se abrió paso en la historia y nos trajo en andas hasta el gobierno. Eso somos, eso es el Frente Amplio, una síntesis del esfuerzo y la cultura. Somos el punto de encuentro de la sensibilidad social y la inteligencia, y esta fórmula presidencial de Danilo mas Pepe, lo expresa con toda claridad. ¿Qué más puedo decirles para fundamentar la propuesta? Sinceramente, habría que estar un poco mal de la cabeza para no querer a Danilo en la fórmula. Si fuera por mi, hubiera redactado la moción de otra manera. Hubiera puesto algo así como “Se propone para vice a nuestro mejor compañero” y no habría ni necesidad de ponerle el nombre. No hace falta hablar del currículo, ni hace falta hablar de la trayectoria, ni hace falta hablar de su compromiso frenteamplista. No hay nadie aquí que no le tenga respeto y admiración. Empezando por mi. Me tocó la tarea de ganarle la única carrera que puedo ganarle: la de conseguir un puñado de votos más. En todas las demás hubiera perdido lejos. Siempre supe que hubiera perdido la carrera de la inteligencia, o la carrera de la formación. Ahora también sé, que hubiera perdido la carrera de la generosidad. Porque al aceptar mi propuesta sin condiciones, me dio una lección más. Si ustedes aceptan la propuesta de la mesa, Danilo va a ser nuestro vice. Y yo agrego: ¿vice? !nada! Porque vice es como segundo y Danilo no es segundo de nadie. Lo queremos para que sea primero a medias conmigo. Para que nos mejore el cuadro. Para que protagonice el gobierno. Con Danilo, compañeros, el partido está robado. Así que compañeros, no se me hagan los difíciles y voten la moción a 4 manos. Y a vos Danilo, gracias por adelantado. En nombre mío, del Frente Amplio y de todos los uruguayos. Tipos como vos hay muy pocos. Vas a ver que juntos , rompemos los relojes, juntos nos comemos la cancha. Danilo, camarada del alma, ¡Vamos arriba! ¡Juntos!
ASTORI:
Compañeros, compañeras, integrantes del Plenario Nacional del Frente Amplio. Obviamente, tengo que comenzar agradeciéndoles profundamente esta designación y la confianza que la misma implica. Créanme que es un enorme honor para mí. Un enorme honor que se me dispensó en este caso por segunda vez, en mi historia política. Hace 20 años, un 4 de junio de 1989, un Congreso del Frente Amplio me designó candidato a la vicepresidencia para acompañar, ni más ni menos, que a nuestro inolvidable lìder histórico Líber Seregni.
Líder histórico que, junto a nuestros fundadores, nos sigue hoy legando una importantísima herencia de convicción, de desprendimiento, de generosidad, de visión política al servicio del Uruguay. Seregni es como el flaco Abel, de aquella galería de personajes de Enrique Santos Discépolo en "Cafetín de Buenos Aires". Se nos fue pero aún nos guía.
Y hoy estoy aquí para acompañar a Pepe Mujica.
Pepe Mujica es una de las figuras más importantes de toda la izquierda, de toda la historia de la izquierda uruguaya. Y acaba de ser ungido por el pueblo frenteamplista, indiscutible y claramente, como candidato a la presidencia de la República. Y hoy vengo a decirte Pepe, delante de todos nuestros compañeros y compañeras de la dirección del Frente Amplio que pondré lo mejor de mí mismo y hasta la última gota de mi energía para que seas el próximo presidente de la República (largos aplausos). Y para que desde la Presidencia de la República conduzcas un gran segundo gobierno del Frente Amplio que continúe transformando a este país. Y para ellos vamos a ir hacia la victoria en octubre luego de una gran campaña electoral en la que todos trabajaremos juntos acumulando fortalezas y sin hacer caudal de recelos del pasado que lo único que podrían lograr es minar nuestras energías. Nadie tiene derecho a anteponer sus aspiraciones personales a la gran causa colectiva.
Sería imperdonable anteponer nuestros destinos personales a la causa de la felicidad del pueblo uruguayo que es lo más importante en nuestra vida política.
Compañeros, no será sencilla esta tarea. No será sencilla y lo tenemos que saber desde ya. No caben hoy los triunfalismos que anestesian. Tampoco la desmoralización que paraliza. Hay que ir para adelante. Sencillamente, hay que ir para adelante. Y hay que ir para adelante, sabiendo que tenemos con qué ir para adelante, y sabiendo que tenemos lo que hay poner para ir para adelante.
Pero sepamos desde ya, que la derecha está en plena ofensiva, la derecha neoliberal quiere volver al poder, para volver a imponernos visiones ideológicas, políticas y culturales, de un pasado que ya hemos empezado a superar con el gobierno de Tabaré. Y parecen no tener límites, ni siquiera en los sagrados intereses de nuestra patria. Y pongo solamente dos ejemplos. Uno al que se estuvo dedicando Pepe en los últimos días: han convocado a no invertir en el país. Y la verdad es que cuando veo los números de la inversión durante el gobierno del doctor Lacalle y los números de la inversión durante el gobierno del Frente Amplio me pregunto si en realidad Lacalle dice eso por si Mujica es presidente o por si él mismo llegara a ser presidente.
Y luego, una constante referencia a que no respetamos las instituciones, el estado de derecho, a poner en duda nuestro compromiso democrático. A ese nivel llegan. Y eso es el agravio más grande, el insulto más grande que puede recibir un frenteamplista, después de toda nuestra historia al servicio del derecho, de la democracia, que ésa sí no reparó en límite alguno, ni siquiera en el ofrecimiento de nuestras vidas y de nuestros más sagrados derechos humanos al servicio de una causa noble y superior.
Compañeros, tenemos importantes capitales políticos para encarar este proceso. En primer lugar, 38 años de unidad, puesta a prueba de las más crueles y salvajes maneras como decía recién. En segundo lugar, un primer gobierno con una experiencia formidable y resultados positivos. En tercer lugar, un programa común, ¡somos los únicos que tenemos un programa común, en este momento al menos! Junto con el programa, nuestra indiscutible capacidad de propuesta, de todos los compañeros, militantes frenteamplistas. En cuarto lugar, nuestra capacidad para soñar, para tener audacia, para proponernos nuestros desafíos que son consustanciales a la vida y a la naturaleza de la izquierda. Y esa mística y esa emoción frenteamplista que aflora apenas vemos flamear la bandera de Otorgués, compañeros. Y esto, hay que revitalizarlo, en estos momentos. Hay que reforzarlo, hay que fortalecerlo. Porque es fundamental para llegar a nuestras metas.
Tenemos por supuesto que repasar nuestra historia. Lo decíamos al principio. Nuestra historia está llena en estos 38 años de gestos de grandeza. Y apenas afloren momentos de debilidad, hay que repasar la historia para ubicarnos en el lugar que nos corresponde especialmente nosotros los dirigentes, no los militantes. Los militantes tienen tatuada en la piel esa historia, somos nosotros los que a veces los hacemos aflojar. Cuando lleguen esos momentos de debilidad, repasemos la historia y ubiquémonos con humildad donde nos corresponde. Tabaré siempre dice: somos enanos, sentados en los hombros de gigantes. Pues bien, miremos lo que han hecho los gigantes de la izquierda uruguaya a lo largo de estos 38 años en el Frente Amplio y vuelvo a repetir: ubiquémonos donde debemos.
Tenemos un programa común y capacidad de propuesta y vamos a tener que hacer en esta campaña una gran "Operación Memoria", porque el adversario está apostando a la desmemoria, al olvido, volviendo con propuestas fracasadas en este país y en el mundo. Tendremos que hacer una gran operación de comparación de gestiones, y cuidado, no solo con el gobierno de Lacalle, también con los gobiernos de las últimas décadas a los cuales Lacalle apoyó. Apoyó con sus parlamentarios, con sus decisiones. Créanme, la diferencia es tan enorme con nuestra gestión que no podemos perder. Hay que ir con confianza, mostrar lo que hicimos en estos años, sabedores de que la comparación solo tiene un resultado. Es muy grande la obra del primer gobierno del Frente Amplio. Es muy superior la obra del primer gobierno del Frente Amplio ante cualquiera de los gobiernos de la historia contemporánea del Uruguay.
Pero esto no alcanza. Nadie gana una elección comparando el pasado. Tenemos que ir a más.
Tenemos que proponer a todos los uruguayos un proyecto nacional uruguayo, un proyecto nacional Uruguay, con visión estratégica a partir de nuestro programa del cual nacen naturalmente lineamientos fundamentales.
En primer lugar, el mundo de la izquierda, compañeros, es el mundo del trabajo y la producción. Y ese es el primer lineamiento fundamental de cualquier proyecto nacional. Trabajo y producción para seguir invirtiendo, para seguir creciendo, para seguir creando puestos de trabajo. Relaciones laborales que nos permitan que los trabajadores accedan equitativamente a los frutos del crecimiento porque es ahí donde nace la política de justicia, el trabajo de mejor calidad, sobre todo para los núcleos discriminados, jóvenes y mujeres de todas las edades, trabajo de mejor calidad que, repito, es la primera etapa para hacer justicia en el país.
Por supuesto, políticas sociales que nos permitan seguir reduciendo la pobreza y eliminar la indigencia, ampliar la cobertura de la salud, apoyar la educación, que es un arma fundamental para encarar la gran tarea pendiente en nuestro gobierno incluso, que es mejorar la distribución del ingreso en el Uruguay junto a la disminución de la pobreza y la eliminación de la indigencia. Pepe insiste mucho y ha insistido en toda la campaña, y ha insistido bien en toda la campaña, en promover el conocimiento, la inteligencia. No hay futuro del Uruguay sin mejorar y acrecentar ese capital enorme que es la investigación y el progreso que nos lleve a especializarnos productivamente a altos niveles de calidad, y por eso mucho apoyo a la investigación, a la creación de conocimiento en el país, como muchas veces se ha insistido en la campaña, lineamiento fundamental de nuestro trabajo en el futuro.
El otro día, en el comando -si así se puede llamar- electoral con todos los compañeros dirigentes abordábamos el tema de la seguridad. Y lo tenemos que abordar sin complejos, con el enfoque integral con el que ya lo estamos trabajando sabiendo que las causas del delito van a ser consideradas, pero sabiendo también, compañeros y compañeras, que tendrá que haber severidad en el combate al delito, severidad sobre la base de más tecnología, de más conocimiento, de más medios para quienes tienen que afrontar este desafío fundamental, incluyendo el combate sin condiciones y sin tregua a las drogas, en el país y en particular a la pasta base.
Por supuesto, el cuidado de otro gran capital que tiene el país, que es el medio ambiente, la conservación de los recursos, el equilibrio territorial base fundamental de este Uruguay que en su proyecto nacional también tendrá que asegurar como lineamiento estratégico más democracia en el país.
Más democracia, empezando por los medios de comunicación e información, absolutamente fundamentales, para lograr condiciones de equidad, indispensables en una sociedad que se propone ese objetivo. Combate a todas las formas de discriminación de sexo, de raza, de religión, de condición laboral. Más transparencia y más honestidad en la gestión pùblica.
También Pepe está insistiendo hoy, y acompaño totalmente su planteo, ya con el ejemplo fresco de las internas, el increíble número de listas que presentan los partidos tradicionales a cambio de cuyo resultado, seguramente, si volvieran al poder, habrá una distribución de favores y de cargos a la que tenemos que poner coto. Y por eso es que tenemos que seguir ganando.
Más democracia, más democracia para que haya cada vez más participación ciudadana, promoción de ejemplos de voluntariado en el país. Más democracia para integrar definitivamente a las Fuerzas Armadas a la sociedad uruguaya. Y más democracia, compañeras y compañeros, para que en estas instancias de plebiscito, votemos para anular la Ley de Caducidad (largos aplausos) y también para asegurar el voto de nuestros compatriotas en el exterior, compañeros.
Y finalmente, un proyecto nacional que signifique que este pequeño país seguirá abierto al mundo, en la región y fuera de ella, continuando el formidable trabajo que ha hecho nuestro compañero Presidente, que ha trabajado sin descanso para posicionar al Uruguay en el mundo.
Con todo este capital, compañeros, que no es poca cosa, tenemos que salir a convencer a nuestros compatriotas. Tenemos que incorporar en octubre a 800 mil uruguayos más que los que fueron a participar en nuestra interna el 28 de junio. Y para eso se necesita, antes que nada, mucha confianza. Para empezar, confianza entre todos nosotros. Confianza en el hecho de que todos estamos remando en la misma dirección y con la misma fuerza (aplausos). Porque si sentimos esa confianza, créanme, vamos a transmitir confianza a los demás. Nadie puede transmitir confianza si no la siente acá adentro. Y si no siente que todos los compañeros están aportando fundamentalmente a esta causa. Confianza, que empezamos a construir durante este primer gobierno. Confianza de los uruguayos en nuestro futuro, en nuestro país, en nuestro horizonte.
En segundo lugar, compañeros, mucha coherencia. Mucha coordinación en la campaña electoral. Una sola voz, un solo mensaje. Tenemos que alinearnos, todos, en torno a nuestro programa. Para salir a luchar con mucha fuerza, acumulando fortalezas.
En tercer lugar, audacia como decíamos antes, capacidad para soñar, eso no lo podemos perder nunca, dejaríamos de ser de izquierda si no tuviéramos audacia ni capacidad para soñar en el futuro.
Y finalmente, voluntad para seguir transformando al país por el camino posible. Y no crean que esta es una caída al pragmatismo. El camino posible es aquel que es de izquierda, no solo en su diseño sino también en sus resultados. Camino posible para lograr esos resultados a la luz de lo que es nuestra estructura social y la participación de la gente, porque si la gente no se involucra en los cambios que queremos hacer no habrá posibilidad de evitar la marcha atrás. Los cambios no tienen marcha atrás cuando la gente está involucrada, cuando siente que cambian sus condiciones de vida, y eso es lo que hay que conseguir. Compañeros, vamos a sentir cariño y afecto entre nosotros. Es fundamental. El cariño y el afecto son los padres del entusiasmo y la alegría. Sin entusiasmo y sin alegría va a ser difícil convocar de nuevo a nuestra militancia, de nuevo a todos nuestros compatriotas para que hagan posible este segundo gobierno del Frente Amplio.
Compañeros y compañeras, el 26 de marzo de este año, cuando festejábamos aquella enorme conmemoración del primer acto callejero el bautismo de pueblo de nuestro Frente Amplio señalé que es un privilegio ser frenteamplista. Hoy lo reitero. Pero déjenme ir un poquito más allá recordando al gran Mario Benedetti a quien perdimos hace poco Es un privilegio ser frenteamplista pero también lo es, al decir de Mario, ser militantes de la vida, y somos militantes de la vida que quieren, que aspiran, ni más ni menos, que en nuestro país, la gente viva más feliz aunque no tenga permiso. ¡Compañeros, compañeras, viva el Uruguay, viva el Frente Amplio, a ganar compañeros, a ganar!
domingo, 12 de julio de 2009
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